lunes, 1 de junio de 2009

Arena y mar


Sigo vagando por estos recónditos callejones que no auguran nada bueno. Cuanto más intento encontra una salida, una luz al final del túnel, la luz de la luna al final de la calle, solo encuentro a mi paso gatos negros y viejas raspas de pescado inundadas en los charcos de la fría soledad de una calle de la gran metrópolis.

Así son mis recuerdos, que cada vez están más desorientados. Se crea una atmósfera gris, pequeñas gotas dispersas en contra de la gravedad. Tropiezo con unas grandes y negras partículas interrogativas que parecen mirarme con malos ojos, con malos puntos.

Mis cabellos se vuelven blancos ante el paso del viento, cada vez más frío, yo, cada vez, más vacía.

Las malas lenguas se enroscan alrededor de mi cuello y no consiguen sino más un pequeño suspiro que me protegía y ahora es pasto de unas sombras rojizas que enturbian aun más la visibilidad de este estúpido callejón.

Hasta que creí ver una luz blanca, no se, si era fruto de mi irrisorio desconcierto o de un ángel que se había comido una gran parte de esas grandes y feas partículas interrogativas.

Tumbada en la arena con vistas al mar, recuerdo tus ojos de mar, tu pelo de arena y tu infinito amor convertido ahora en espuma blanca de sueños atrapados en el mundo de los que ya nos abandonaron.

Y confío, confío en que tu espuma blanca haga de mis recuerdos esa gran sonrisa tan esperada. Porque ya no confío en meras suposiciones, en explicaciones aparentemente ciertas, sólo se que el amor tan grande que desprendiste se quedó aquí en mi corazón y que ahora tus ojos de ángel custodian nuestras vidas y cuidas de nuestros sueños, secas mis lágrimas que dejaron un sabor salado a mi corazón con tu partida y vuelves a endulzar todo lo que tocas, con tus ahora alas de ángel. Mi ángel de ojos de mar y pelo de arena.

3 comentarios:

  1. Un ángel siempre nos mira desde arriba, nos cuida desde el cielo, nos advierte de lo bueno y lo malo. ¿en qué nos diferenciamos nosotros de un ángel? No lo se. Y pueda que nunca lo sepa... A veces mi lado malo, mi lado demonio y diablo puede mas conmigo que mi espíritu angélico. En esta batalla entre el bien y el mal, solo puede quedar uno, nunca podra haber un ángel con cuernos y cola larga ni un diablo con alas donde volar. Yo quisiera ser un ángel, pero eso lo pido yo ahora mismo porque estoy vivo en esta vida, mientras miro arriba y contemplo a mis ángeles de mi guardia como me cuidan y me quieren desde arriba. El día que muera me enteraré, ya sabré definitivamente a donde me llevan, si al infierno donde está mi casa o al cielo, junto con mis seres queridos ha quien tanto he quierido...

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  2. Gracias Lázaro por tu reflexión, pero una cosa también es cierta, no se puede ser bueno del todo o malo, no hay un 100% ni perfección, por eso te digo que todos tenemos un ángel y pecamos de tener un diablillo, más grande o menos pero todos tenemos, como el ying y el yang, una parte complementa a otra.

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  3. De nada Raka, esa es mi cuestión. Me estas dando la razón, como todo el mundo tiene algo de malo y algo de bueno, uno no sabe a donde irá. Sólo el destino lo sabe. Como dice el refran: yo solo soy un lobo con la piel de cordero ^^ Ademas, el bien existe porque existe el mal y viceversa. No habría vida ni sentido si falta una de ellas dos en la vida

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