jueves, 11 de octubre de 2012

Almost always. Always.

A veces las primeras líneas son más complicadas.
Estrechas, ajenas, robadas.
Las primeras y las últimas. Las imposibles.
Las líneas. El límite.
La complejidad de lo ausente, lo desolador.

A veces también, vivir es morir.
Es colarse entre los segundos apagados.
Deslizarse entre dedos de arena.
Entre minutos ahogados.

A veces.


A veces, se esconden mis deseos,

brillantes de polvo y nostalgia.
Se escabullen en mis entrañas.
Huyen. Solo como se puede
intentar salir de entre cuatro paredes.

A veces, el fuego con el que juegan

las intenciones también se apaga.
La cera que se desprende, también se seca.
Y ni polvo, ni cenizas, ni devastación.

El vacío del polvo extraño que se aleja con la respiración descompasada.


A veces, y en realidad siempre.

Siempre que no estás.