martes, 19 de mayo de 2009

No puedo más


Hoy es un día triste para mí. Un montón de nubes negras vinieron a posarse sobre mi cabeza a la vez.

Sigo y seguiré maldiciendo a esta humanidad, no soy capaz de comprenderla. Me es imposible pensar como los demás, y de hacer ese daño que se clava como espinas en el corazón.


¿Alguna vez sentiste que a cada paso te inunda la culpabilidad?

Sentiste miedo de mirar hacia un punto en el frente, y de mirar por encima de la línea del horizonte.

Alguna vez me sentí caer, poco a poco mi cuerpo se desplomaba sobre una cama reseca, no fue el peso de mi cuerpo el que me empujó al abismo, sino el aire que estaba demasiado cargado, la bochornosa bruma pesaba demasiado sobre mi espalda y caí como una pluma caída de una torre. Sin embargo, mi cuerpo se hallaba allí, clavado, brillaba la limpieza del filo de las púas. Mi corazón, ¿qué pasa? había quedado hecho trizas, mi cuerpo había sido traspasado como un cristal transparente sin rasgadura alguna mientras todas las agujas se clavaban en mi desvalido corazón.

Y así es como lo voy perdiendo, en una polvorienta y desierta calle, donde los sueños quedan pinchados con el corazón en una punzante cama de un viejo faquir.


No me queda otra vía de escape, y por mil líneas que escriba el dolor de mi corazón seguirá vigente mientras perdure la memoria de aquellos que me están dejando en este cruel mundo.

3 comentarios:

  1. Me levanto como un dia cualquiera. Eso pensaba yo al abrir mis ojos y mirar el reloj. Pasan las horas, los minutos, los segundo y me siento como perseguido, como si alguien me vigilara. Por mucho que mire alrededor lo único que veo son paredes blancas sin horizontes recordandome que no tengo salida, ni libertad y que si estoy ahi, es por algo. Veo una puerta, intento hacercarme a ella, pero alguien me lo impide acercarme a ella. Intento estirar al menos el brazo para abrirla con la mano pero no llego por milímetros, esos milímetros que separan mi odisea de mi libertad. Abro esa puerta, sin saber a donde me lleva, ni a que destino ni a que aventuras ir. Le pido ayuda a a alguien, nadie me contesta, estoy solo en este mundo. Necesito ayuda, y que mejor ayuda que un silencio. Me tumbo en el suelo y me quedo callado entre nuevas paredes. Espero con inpaciencia que llegue el silencio, pero no llega. Hay algo que me lo impide. Me relajo y me centro aun mas para concentrarme mi silencio y noto que sigue el mismo ruido de siempre. Entonces comprendí una cosa: que el silencio absoluto ni existe, tal vez un silencio relativo. Por que? Porque lo único que sentia era el latir y latir de mi corazón, que hacia recordarme donde estaba y que seguia vivo en esta vida...

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  2. A veces cuando creemos habernos perdido de esta vida resulta que cualquier cosa pincha tu burbuja de silencio para recordarte que estás vivo.
    Hay pocas cosas que hacen de esta vida algo mas llevadero, pocas pero suficientes.

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  3. Lo bueno (o malo) de esta vida, es que cada uno se infla su propia burbuja y le da el tamaño o valor que cada uno quiere. La gente quiere la burbuja más grande, pero piensa, que cuando pinche la burbuja, más grande será la explosión...

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