jueves, 19 de marzo de 2009

Lunicultura


Miro los coches pasar, enardecerse
una luna enorme y tenue,
desprendiendo dulces tardes
encerradas en amargas soledades.
Sólo ella es capaz:
de soñar
de volar
de observar
y juzgar.
Luna vagabunda de los cielos,
recorres vagos pensamientos
recogidos en una botella de cristal,
transparente y sin nada que ocultar.
El ruido rompe tu aura,
mecanismos engrasados
resquebrajan sin razón de causa
sueños que quedaron olvidados.
Sin pensar miras abajo,
rayos del color vivaz,
atraviesas como un tajo
la atenta mirada perspicaz.
Luna, luna mía que escondes
detrás de esa mirada
bajo el halo, de los hombres
luna enajenada.
Un río de agua salada,
en el que estás reflejada,
donde no corre sino
sal a falta de dulzura.
Extrañas el tiempo pasado,
en tu parecer resaltas
que demasiado ha cambiado
la alegría en penas altas.
Escalinata ofrecida
sin tregua alguna
a subirla me siento pedida
a acompañar a mi luna.
No lluevas sobre mi
que, a secarte las lágrimas
vengo esta noche de gris,
apaciguantes ánimas
que pasean, del feliz
empañada una estrella,
vuelves a sonreir.
19/03/09

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