El vidrio pétreo en los ojos. La opacidad.
Los cristales cuando se resquebrajan.
El dolor.
Los arañazos invisibles en tu espalda,
mis uñas inertes, libres.
Las lágrimas secas.
La punta de tu nariz y el hielo,
la fiebre en mi boca.
La vida.
Los ojos fríos del mar,
la infinidad de los instantes clavados en el alma.
La belleza.
Los pájaros ávidos de primavera,
el calor aun sin gestar.
El vuelo inacabado.
Mis huellas dactilares en la comisura de tus labios,
la vergüenza tibia de tus costillas,
tus nervios latiendo en el lóbulo de mi oreja.
El ardor de tu piel.
La oscuridad de tus pupilas,
tus pestañas sin fin,
la profundidad de tu sonrisa.
La felicidad.
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